LÓGICA ILÓGICA
El corazón se compone de emociones y sentimientos. Una
emoción puede ser la ira, la tristeza, la felicidad, la compasión, el amor o la
esperanza, y es de corta duración. Una emoción se encuentra en lo que
experimentamos al pincharnos con una aguja, o en lo que nos ocurre cuando
recibimos un regalo de cumpleaños. Un sentimiento, por otro lado, es una
emoción que perdura durante largos periodos de tiempo. Un sentimiento está en
lo que notamos cuando nos pinchamos con una aguja, y no podemos sacarla de
nuestra piel, de manera que se queda incrustada, haciéndonos daño, durante
mucho tiempo. Un sentimiento puede ser también un regalo continuo, una sensación
eterna de felicidad máxima.
Estamos,
sin embargo, acostumbrados a la lógica, a hacer las cosas por el camino que nos
ofrece más salidas, sin tener en cuenta nuestros sentimientos. Escuchamos mil
veces a lo largo de nuestra vida dichos como «sigue a la razón, y no al corazón».
Elegimos qué carrera estudiar, o a qué dedicar el tiempo libre según unos
estándares pre-fijados socialmente que atienden a leyes matemáticamente
correctas; viables. No nos paramos si quiera a pensar, a razonar, que si
tenemos sentimientos, será por algo, y que quizás deberíamos escucharlos de vez
en cuando. No invertimos tiempo en poner en duda los dichos que ignoran nuestra
parte humana, que son los sentimientos, pero sí lo gastamos en hacer las cosas
según lo políticamente correcto, sin tener ninguna seguridad en lo válidas que
puedan ser las leyes que nos respaldan, ya que al fin y al cabo, no dejan de
ser dichos, y nada más. Seguimos algoritmos fundados en una lógica irracional,
sin ninguna fiabilidad, que derivan en la construcción del humano-ordenador, un
ser que carece de ser; que no es.
Cuando tenemos
esa aguja incrustada en la piel, y eso nos hace sufrir, lo humano es eliminarlo
de nuestra vida, a pesar de que nos digan que lo sensato es seguir teniendo esa
aguja dentro de la piel. Y cuando encontremos algo que nos aporte alegría
continua, entonces ¿por qué no agarrarnos a ello? Porque es justo ahí, y no en
los números, donde está la clave de la verdadera felicidad. Es en ellos, en los
sentimientos, donde se haya la lógica de la vida.
Qué infeliz
aquel que busca respuestas fuera de sí mismo. Qué desdichado el humano-ordenador,
que se esfuerza tanto por cumplir con lo correcto, que pasa la vida sin haberla
vivido.
Dios, me encanta. Que chulo <3
ResponderEliminar